1.7.07

Engordando por un beso

Del 1 al 7 de julio los argentinos tenemos una buena excusa para dar o recibir un beso, dependiendo de la cantidad de golosinas que recibamos o regalemos.

Esta costumbre nació en el año 1989 por iniciativa de la empresa Arcor junto con ADGyA (asociación de distribuidores de golosinas) como parte de una estrategia de marketing para incrementar sus ventas.

La campaña acompañada del slogan "una golosina por un beso" tuvo (y tiene) tanto éxito que se estima que durante esta semana la venta de dulces aumenta aproximadamente un 20%.

Así fue como por ejemplo el Bon o Bon se convirtió en una de las golosinas más vendidas del país.

Poco a poco, la Semana de la Dulzura se fue convirtiendo en un clásico que todos aprovechamos para recibir un beso de esa persona especial…o para conseguir dulces a cualquier precio.

Incluso algunos suben la apuesta y deciden, al menos por una semana al año, llevar dulzura al trato cotidiano con sus allegados y compañeros de trabajo.

Claro que ya no hablamos solamente del Bon o Bon, sino que a la popular semana se suman otros clásicos como las cajas de bombones en forma de corazón, los Paragüitas, los infaltables Shot y, por supuesto, los Dos Corazones, con esos poemas tan…extraños que traen.

Pero las tecnologías avanzan y la Semana de la Dulzura también (¿?): los más acérrimos internautas no regalan dulces a sus cyber-parejas sino que optan por opciones virtuales más simples, como las cursis postales electrónicas. Claro que por este menor esfuerzo no reciben el tan ansiado premio.


Y vos… ¿a quién le regalarías una golosina sólo para conseguir un dulce beso?
Y ya que estamos… ¿quién crees que escribe los poemas de los Dos Corazones?

1 comentario:

Javier dijo...

Hola Leila.
Encantado de conocerte.

Primera vez en tu blog, y voy derecho a motivarte para que sigas, lo que escribís es interesante y además, bien hecho. Me gusta cuando el objetivo se nota, mientras se "deja fluir" el resto.

Dos cosas más.

Respecto de las golosinas, pues tengo una lista (y digo con verguenza) de chicas a las que les deseo regalar un gesto dulce. Pero siempre hay preferencias. Para no se tan enigmático (o serlo hasta el final) la prefereida de esta lista sería X.R. X., vos sabés porqué.

La otra. Hasta hace un año, trabajaba en Puente Pacífico, Palermo, Buenos Aires. Para volver a casa recorría más o menos por distintos caminos todo lo que se conoce como Palermo Soho. Bares, personas tomando algo, amantes, parejas conociéndose, turistas, algún famoso, gente discutiendo negocios o simplemente, dejando el tiempo transcurrir. Escena teatral nutrida y rauda que pasaba ante mis ojos a la velocidad media del tránsito vehicular .Que además se repite todas las tardes, cuando el sol se inclina, y la noche imagina sueños más profundos.

No estaba en los planes pero quise contártelo a manera de un lindo recuerdo.

Hasta pronto.