19.7.07

Duelo nacional

Parada sobre la vereda en Pasteur y Tucumán escuchando el sonido tajante de la clásica sirena, sólo podía mirar…Miraba hacia abajo centenares de pies firmes; hacia el costado, rostros serios (algunos conmovidos); hacia arriba, un cielo blanco a punto de estallar, y francotiradores que nos vigilaban desde los techos de los edificios.

Un minuto de silencio -siempre suena un celular- para pensar en las 85 víctimas fatales, los cientos de heridos, y los millones de argentinos y judíos alrededor del mundo afectados por la violación de la soberanía.

Éramos tantos…cada aniversario somos más los que estamos en el acto oficial. Ya no creo que la concurrencia crezca para pedir justicia, porque la causa se oscurece con los años. Quizá el motivo de congregación es el sentimiento de comunidad que nos une, que nos mantiene fuertes, perseverantes; aunque en verdad, cada uno tiene sus razones.

Un paneo de caras y siempre hay más de una conocida. Aumentan los rostros jóvenes, aunque perduran las típicas banderas.

También están quienes van a una reunión social de la ‘cole’, los que van a hacer acto de presencia, los judíos, los católicos, los evangélicos, los argentinos, los extranjeros, los que desde el 18 de julio de 1994 viven entre pilotes

Siempre los mismos discursos, pero nosotros no venimos para escuchar, sino para que nos escuchen. Porque, tal como dijo en su alocución Pilar Rahola, “lo peor es el silencio de los buenos”.

Millones de personas vivieron el acto a través de los medios. Vieron una congregación de gente -como ya casi no se ve- reunidos por una misma causa, sentimiento, dolor.

“Menem lo hizo”, dijo Sergio Burstein. Logró que la masa que en estos tiempos ya no se reúne en la Plaza de Mayo para actos políticos (pero los mira por TV), se congregue en Pasteur 633…porque después de 13 años se multiplicaron las preguntas.

No hay comentarios.: